miércoles, 25 de agosto de 2021

Egeria era de Lugo

Cuando el erudito Gamurrini se tropezó con el relato de viajes más antiguo del que se tiene noticia, descubrió que este reportaje minucioso, realizado a lo largo y ancho de todo el orbe conocido hasta entonces, había sido escrito por una mujer intrépida llamada Egeria. En el año 381, cuando el cristianismo estaba en pañales y a Marco Polo le faltaban todavía mil años para empezar a lloriquear en la cuna, esta mujer se había lanzado a trotamundear por los escenarios bíblicos de Jerusalén, Egipto, el Sinaí y Mesopotamia para contárselo a sus amigas. Sin Instagram, YouTube, Facebook ni Twitter, sus escritos a mano podrían convertirla en la gran influencer de las redes sociales en el siglo IV. Pero, ¿de dónde salía esta mujer especial? Los sesudos analistas creyeron inicialmente que  debía de ser de Aquitania por las alusiones que hace al río Ródano, después se supuso que era hija del emperador Teodosio, pero las fechas no cuadraban. Otros especialistas especulaban sobre su origen italiano basándose en el lenguaje que utilizaba. Al final tardaron bastante los expertos, tuvieron que estudiar con lupa los manuscritos, sacar a relucir todos sus conocimientos acumulados y estrujarse las neuronas para concluir algo que era evidente: si era una mujer valiente, aventurera, singular, intrépida, curiosa y decidida tenía que ser gallega. Tras desmenuzar el "Itinerarium ad Loca Sancta" se supo que era de la Gallaecia romana. Yo lo sabía desde el primer momento que me la encontré, años ha, mientras preparaba un viaje a Egipto. Es más, cuando la vi me di cuenta de que tenía que provenir del Conventus Lucensis (de Lugo, como yo), porque es igualita a mi abuela materna.

viernes, 20 de agosto de 2021

Carácter lapsusiano

Disfruto ahora con Manuel Rivas. De muchos autores me gusta lo bien que  escriben lo que sienten, pero del afilado coruñés admiro sobre todo lo bien que siente lo que escribe. Convencido de que cada época queda definida por una manera de hablar, en "Aquí nadamos en la ambulancia" Rivas desmenuza con ingenio el modo de hablar actual y concluye que su carácter dominante es el lapsusianismo, la abundancia de disloques lingüísticos. También en esto Rivas hila fino. Es cierto que los medios de comunicación y las redes sociales nos muestran a todas horas los zarandeos, los traumatismos e incluso las puñaladas que se propinan constantemente al idioma. Yo creo que la medalla de oro a la Antológica Metedura Lingüística de Pata se la daría el público a Sofía Mazagatos por la admiración que ya hace tiempo declaró hacia "los toreros que están en el candelabro", si bien otras perlas de la otrora miss televisiva podrían disputarle el trofeo. Su trajinado "suelo de fornica" no se queda atrás en el ranking y el que estuviera "tomando clases de adicción" tampoco es un gazapo menospreciable. Así mismo podrían aspirar al podio de los deslices trabucados "la redundancia magnética" que le hicieron en su día a Malena Gracia o el horrible dolor que le produjo el "cólico frenético" a Terelu Campos. Un puesto de honor en la final lo lograría también la ilustre e ilustrada Esperanza Aguirre aunque reconoció que "no había leído nada de Sara Mago" y otro sería para Antonio Carmona, aunque el de Ketama todavía "no sabía si era niño o niña porque no le habían hecho la coreografía". Por milésimas se quedó fuera Rocío Jurado. Desgraciadamente el día de la prueba "llovía mucho, parecía el Danubio universal", por lo que no consiguió la clasificación. Lance Amstrong resultó descalificado. Según Sara Carbonero, confesó que "se había hecho transferencias de sangre". Con buena marca pero sin diploma tuvieron que conformarse Ricardo Bofill hijo, con su "barril de los recuerdos" y Yola Berrocal que "era la hormiga negra de la familia". Por edad no pudo concursar Carmen Sevilla, aunque estaba convencida de que "a pesar de ser mayor no pertenecía al Parque Jurídico". La cantante aprovechó la ocasión para enviar un saludo a Rosario Flores, "que lleva en los gérmenes el arte de su madre". Sin opción alguna terminaron la prueba Nicolás Maduro, tras pedir que "le revisen el pecho con un telescopio", George W. Bush que tendrá que "tomarse tiempo para restaurar el caos" y Mariano Rajoy por no "conseguir la confianza de los inversobres". 

sábado, 14 de agosto de 2021

Buscando rincones a la filosofía

Creo que nunca llegué a ser un alumno brillante pero, tanto mis profesores como mis padres decían que era un buen estudiante. La única asignatura que suspendí en seis años de bachillerato fue la Filosofía. El huesudo Pepito Gayoso quiso estar a la altura de su tío don Froilán (que además de cura, catedrático de latín y director del instituto era el terror de los alumnos) y se empeñó en calificar con un injusto 4 el buen examen final que hice comentando el mito de la caverna de Platón. Nunca me perdonó que le hubiera pasado el examen a un compañero (al que, por cierto, aprobó). 
A pesar de que mi vida ha ido circulando por otros derroteros académicos, cada vez que hoy levanto una piedra encuentro más sentido filosófico a la vida y voy ensanchando su contenido, que ya abarca todo lo que nos ayuda a comprender el valor de lo que no tiene precio. La verdadera amistad, el amor incondicional, los placeres, el embrujo del arte o la belleza íntima del ser humano. Quizás es filosofía la que acentúa nuestro interés por entender el mundo. Aprecio cada vez más la importancia de la mirada filosófica y la extiendo por los rincones más insospechados porque pienso que ayuda a valorar el peso de todas esas cosas importantes que no cotizan en la bolsa de los mercados de consumo.

sábado, 7 de agosto de 2021

Las apariencias engañan

Hace años recopilo todo el papel que se acerca a mi entorno cercano para reciclarlo en el contenedor correspondiente. Por otro lado y por suerte nunca me ha gustado desprenderme de los libros y los he mantenido a mi lado. Incluso doy cobijo estable a aquellos que nunca me han tentado. Uno de los que sin razones ha conseguido aguantar el paso del tiempo a mi lado es Mujer en el baño. Aunque le he pasado la mano por el lomo en ocasiones, jamás se me había pasado por la cabeza irme a la cama con esa mujer. La imagen, de viñeta de cómic pulcramente erótico, tan pop, tan publicitaria, no me excitaba lo más mínimo. Siempre me había hecho intuir una relación intrascendente, una velada sin emociones a su lado. Pensaba que mi interés caminaba por otros derroteros. No acababa de encandilarme aquella chica que me sonreía insinuante desde la bañera. Por casualidad un día nos miramos. Por lo mucho que admiro a mi paisano Manuel Rivas, porque desde que estoy jubilado camino más despacio por la vida y porque al pasar a su lado me susurró algo al oído, me he sentado esta tarde con ella y he descubierto una joya que me ha despertado los sentidos. ¡Qué fácil, qué sugerente y cuántas cosas me ha enseñado sobre mí mismo esta Mujer en el baño! Una de ellas importante es que no debemos juzgar a nadie por su aspecto. 

Ciudades deshumanizadas

Regresamos a Madrid. La vuelta a la gran ciudad después de unos días de disfrute de la naturaleza en Galicia resulta cada vez más triste. La...