lunes, 26 de diciembre de 2022

¿Hay otros genios?

    El mundo no respiraba durante la final del Mundial de Qatar. Del talento de los pies de Messi y Mbappé dependía el futuro de la humanidad. Incluso parece que la Tierra se conmocionó con el salto sincronizado de millones de personas cuando Argentina se hizo con el trofeo soñado. Una locura.
    Está muy bien vestir de oro y brillantes al más habilidoso con la pelota y gratificarle con riquezas mil por las alegrías que proporcionan sus patadas, pero no está bien que ni conozcamos su nombre ni pongamos en un altar al científico que libra de morir a millones de personas descubriendo la vacuna contra el coronavirus. 
    No es lógico que no alabemos a quien exprime su talento para investigar cómo funciona el universo. Deberíamos de tratar por lo menos igual de bien, a esos otros  messis que nos desvelan los misterios de la existencia humana y tendríamos que aplaudir con entusiasmo a los virtuosos mbappés que nos estremecen con su música, su pintura o cualquier otra forma de expresión artística. En algún momento tendremos que promover la valoración de los que no siendo futbolistas tienen méritos más que suficientes para no ser condenados a la irrelevancia.

lunes, 19 de diciembre de 2022

La necesidad de estar conmigo

 
   Cae en mis manos La condición humana, de Hannah Arendt, un libro intenso, algo pesimista y presumiblemente interesante, que trata sobre el destino del ser humano. Arendt le da vueltas al sentido de vivir y con la condición humana se refiere a la cosificación de las personas. 
    Lo ojeo con ganas y sin pararme demasiado porque desde las primeras páginas veo claramente que me queda grande debido a mi poca preparación en estos campos de la filosofía. Me quedo con alguna idea suelta y con una frase con la que comulgo cada día más al irme haciendo un poco más viejo: Nunca está nadie más activo que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo
    La rapidez con la que se mueve el mundo actual y nosotros con él, nos impide en gran medida el contacto con la realidad de la persona más importante que tenemos hoy en el planeta, que somos nosotros mismos. Así se nos hace totalmente imposible comprender nuestras necesidades y digerir nuestros deseos. Y sin hacerlo estamos perdidos.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Alergia a las palabras

    Poco tardaron las mentes biempensantes de Abogados Cristianos, del Partido Popular, de Vox y de Ciudadanos en denunciar a Correos por emitir un sello conmemorativo del centenario de la fundación del Partido Comunista de España y poco tardó una celosa jueza en suspender su emisión por ser una inaceptable “exaltación de un partido político que cometió crímenes y persiguió a miles de personas”. Está claro que se cometieron muchos errores en nombre del comunismo. Lo mismo que se hicieron locuras en nombre de Dios. Pero nadie pide que se supriman los pasquines y las celebraciones cristianas.
    No demonicemos. Desgraciadamente aún hay gente a la que le dan alergia las palabras. Y todavía no hay vacunas. Aunque la palabra comunismo a muchos les produzca sarpullidos, hoy el Partido Comunista de España es un partido totalmente integrado en la legalidad constitucional por la que nos regimos y tiene el mismo derecho que cualquiera a celebrar su onomástica. 
    La guerra de Ucrania, el calentamiento global, las migraciones o la pandemia son algunos ejemplos que demuestran que hoy más que nunca es necesario entender la sociedad como un todo común. Esta obviedad actual es la que siempre ha guiado la conducta de los comunistas –aunque no se debiese a Marx sino a los economistas liberales– porque es lo que realmente armoniza los intereses colectivos.  Quizás los comunistas de hoy ya no tienen cuernos y rabo, quizás no pasaría nada si les permitésemos celebrar su centenario. Posiblemente sean más sensatos, sensibles y solidarios que los que no entienden todavía la sociedad como algo de todos, como algo común. 

lunes, 31 de octubre de 2022

Dalila descabella a Sansón

    Había llegado Sansón orgulloso con su larga cabellera gallega fortalecida en cuatro mayorías absolutas dispuesto a hacerse dueño de la situación y acceder a lo más alto de la política española, avalado por una aureola consagrada de moderación. Pero al poco tiempo de aterrizar en Madrid la fortaleza conquistadora de la melena de Sansón era cuestionada por sus fieles genoveses. El gigante gallego mostraba debilidades inaceptables y desatendía la imponente voz de Vox. Iba ya camino de aceptar la renovación del CGPJ cuando Jiménez Losantos desató su ira: no consentiría que Sansón se sentase a negociar con los traidores. Así no se pueden ganar las elecciones.
    Al caer la noche Dalila Ayuso acunó a Sansón Feijóo entre sus brazos. Le susurró al oído que era un traidor ante sus huestes y que España no necesitaba un liderazgo fofo. Nadie podía rendirse a un acuerdo con amigos de etarras, comunistas y separatistas. Y Sansón se despertó sobresaltado de su sueño moncloísta. Juró que había sido inducido, que  Sánchez no era honesto y que no pactaría con él si tocaba una coma del delito de sedición. Pero era tarde, su liderazgo había entrado en barrena. Ya Dalila lo había descabellado. Y así Sansón Feijóo, despojado de su melena democrática por una Dalila Ayuso que gracias a él recupera el estrellato, de vitoreado aspirante a presidente pasa de la noche a la mañana a convertirse en bufón de la derecha radical para regocijo de los filisteos del PP. 

lunes, 24 de octubre de 2022

Feijóo, la Liz defenestrada y la curva de Laffer

    
    Feijóo en busca de la Moncloa soñada, Ayuso camino del estrellato cuché y Moreno en la cumbre de Andalucía se encuentran un día y descubren el arma eficaz para acabar con la vida política de Sánchez. Es una herramienta ya oxidada, pero la prueban y funciona. Se llama Curva de Laffer. Decía este inteligente asesor del presidente Reagan (y lo mantiene la Junta de Andalucía en su página oficial) que la clave del éxito está en bajar los tipos impositivos porque “un tipo excesivamente alto propicia el fraude y la evasión hacia paraísos fiscales. También puede llevar a los trabajadores a sustituir trabajo por ocio. Por eso, se recauda menos y crece menos la economía”. 
    No se entiende que Moreno, Ayuso y especialmente Feijóo –aspirante a presidente–, asuman el postulado sin mirar alrededor o sin echar una ojeada a un libro de economía elemental, para comprobar que la susodicha curva puede no ser tan maravillosa como parece: Trump decretó una sustancial rebaja del impuesto de sociedades y una reducción del IRPF, la recaudación subió inicialmente un 12% pero a finales del año fiscal había caído un 31%, la mayor caída desde que se registran datos. Y hace tan solo unos días la británica Liz Truss tuvo que  abandonar Downing Street tras provocar un terremoto económico al tratar de dar alas a la famosa curva.
    No sabemos que pasará si Feijóo decide empeñarse en aplicarnos esa milagrera invención académica pero los experimentos realizados con ella, desde Reagan hasta Rajoy, evidencian que la magia de la curva es discutible: todos redujeron los ingresos y dispararon el déficit. Ya lo había advertido alguien tan poco sospechoso de rojerío como J. K. Galbraith. 
    Un poco de sensatez, señor Feijóo: con las calamidades que acechan en esta segunda década del siglo XXI no es buena política tratar de hipnotizar al mundo con fuegos artificiales. 

viernes, 23 de septiembre de 2022

Más libertad y menos impuestos

    El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, ha decidido seguir la senda que tan buenos resultados le ha dado a su colega madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y proclama a los cuatro vientos su intención de hacer sustanciales rebajas impositivas a los ciudadanos. Más libertad y menos impuestos. Esa es la clave para ayudar a la gente que peor lo pasa. Una medida que ya se han apurado a copiar otros presidentes populares, presumiendo que puede tener un interesante rédito en las urnas. Y quizás lo tenga a la vista del terrorífico calendario electoral que tenemos por delante en el próximo año. 
    Ciertamente la medida es popular. Es fácil arrancar el aplauso de todos los que piensan que así tienen posibilidad de que a final de mes les quede algo en el bolsillo. Pero además de popular es populista y engañosa. No hay que ser muy ilustrado para concluir que si el Estado recauda menos tiene que reducir las inversiones. Y a partir de ahí los inocentes números dan paso a las ideologías. Moreno y Ayuso saben que adelgazando la recaudación tendrán que financiar las necesidades sociales con capital privado. Pero no hay problema: que las carreteras, los colegios y los hospitales los construyan las empresas. Eso sí, los presidentes populares no lo aclaran pero lo más probable es que no sean gratuitas. Y se puede presumir que sean los más desfavorecidos los que tengan dificultades o no puedan acceder a esos servicios. Para ellos va a ser difícil llegar con más dinero a fin de mes. A lo mejor Moreno y Ayuso están vendiendo como ayuda a los menos pudientes lo que en realidad viene a ser un regalo fiscal para los más ricos.

lunes, 19 de septiembre de 2022

¡Dejadme soñar!

    Es verdad que los sueños sueños son, pero es muy importante, es vital, mantener despierta la capacidad de poder seguir soñando. Hacen falta soñadores. En todas partes, a todas horas. Sin soñadores el mundo en el que vivimos sería más gris, no cabrían en él las ilusiones, se encontraría totalmente huérfano de esperanzas, de utopías, de milagros, de todo lo que le da color al día a día. Gracias a los sueños mantenemos la confianza de poder cambiar el mundo, de que las cosas puedan llegar a ser mejores y de que nuestros males se acaben algún día. 
    Si permitimos que nuestra vida quede atrapada entre el deber, el trabajo y las obligaciones, estaremos imposibilitando dar cabida en ella a lo mejor que hay en el ser humano, que es la capacidad para romper las ataduras de lo cotidiano y seguir buscando belleza en la realidad que nos rodea. Es importante que cuando estemos despiertos nuestros días estén impregnados por ese aroma encantador de nuestros sueños. Los sueños son inspiradores y estimulantes, incluso revolucionarios. ¡Amemos los sueños!

sábado, 30 de julio de 2022

¿Verosímil o increíble?

    Confieso que la realidad actual me desconcierta. Leo la prensa o veo la tele estos días y hay noticias que no digiero juntas por contradictorias: de un lado todos los nefastos augurios que se pronuncian en relación al desastre económico que se nos viene encima como consecuencia de los daños producidos por la pandemia, la guerra de Ucrania, la inflación y la crisis de la energía, y por otro las relacionadas con la  sensación general de euforia que se transmite con el crecimiento del PIB, los hoteles saturados y el incremento robusto del consumo. Un choque de tendencias difícil de digerir para el común de los mortales.

    Creo que el sistema educativo, que tantas reformas innecesarias soporta, está obligado a incorporar en los colegios una materia enfocada a afrontar las contradicciones. Desde la más tierna infancia deberían de educarnos para no ser tan crédulos como para aceptar por bueno todo lo que se pone ante nosotros, ni tan escépticos como para pensar que todo lo que nos dicen es mentira. Necesitamos con urgencia una asignatura que nos ayude a enjuiciar adecuadamente los nuevos conocimientos que adquirimos, algo que nos permita, sin estar magistralmente dotados a nivel intelectual, distinguir entre lo verosímil y lo increíble. Cada vez nos hace más falta.

viernes, 29 de julio de 2022

El encanto de lo inútil

Vivimos en la era de lo útil, lo positivo es lo único que vale. Hay que aprovechar el tiempo, ocuparlo, llenar la agenda con citas, reuniones y visitas de todo tipo, pero no nos preguntamos en ningún momento el sentido de tanta actividad. Simplemente entendemos que estamos obligados a hacer cosas, sean cuales sean. 
Vivimos deslumbrados por la ilusión de creer que tenemos muchas cosas que nos mantienen en marcha. No importan los costes, no importa el precio que tenga que pagar tu dignidad o que tengas que alterar tus convicciones, ni el daño a terceros que se produzca, lo único que importa es que tenga un sentido tu vida, que sigas adelante sin preguntarte por qué. La realidad es que no vamos a ningún lado, no hay un destino, no tenemos misiones que cumplir, no hay actividades que estemos obligados a hacer. 
Lo curioso es que los momentos que recordamos son los más inútiles. Aquella puesta de sol en invierno, la sonrisa que nos cautivó de quién no conocíamos, el abrazo inesperado, la comida con la que tanto disfrutamos, el amor no correspondido o el beso de aquella niña perdida en el parque. Lo que deja huella imborrable en el alma no es lo útil, es justamente lo menos rentable, lo intrascendente, aquello a lo que no le habíamos prestado atención, lo que surge, lo poco positivo, lo banal. Al final, si buscamos lo que nos hace felices lo vamos a encontrar entre los momentos inútiles de nuestra vida.

domingo, 10 de julio de 2022

La burundanga del móvil

    Ayer me he dado cuenta. Al fin he encontrado la causa de mi malestar reciente, la razón por la que no estoy de acuerdo conmigo mismo, el porqué de mi cabreo permanente: En el móvil tengo un virus-camello, un desaprensivo virtual que no hace más que acuciarme, empujarme, incomodarme a todas horas para que compre mierda. Que contestes ya al WhatsApp, que hoy no has andado lo suficiente, que te ha llamado tu cuñado, que no has entrado hace tres días en Facebook, que este jueves están de rebajas en el centro comercial, que tu ex ha colgado otra foto en Instagram…. No me deja respirar, no tengo tiempo para nada, me está creando una dependencia total. Estoy permanentemente cabreado porque de un tiempo a esta parte percibo que ya no tengo ocasión de estar solo ni me encuentro a gusto conmigo mismo o con otras personas que merecen mi atención, por culpa de estas dependencias virtuales. 
    Estoy intoxicado. Ya no tengo ninguna duda de que los móviles vienen con troyanos camuflados que nos roban parte de nuestras esencias. Sin darnos cuenta se apoderan poco a poco de nuestra vida. Al final nos anulan la voluntad y no sabemos negarnos al encanto nocivo de las nuevas aplicaciones que nos ofrecen. Los móviles limitan radicalmente esa maravillosa oportunidad de desperdiciar nuestro tiempo cuándo y cómo lo creamos oportuno, sin angustiarnos ni sentirnos culpables. Debería de enseñarse en los colegios el riesgo que se corre aceptando la droga que nos ofrecen los móviles en pastillas apps. Todas llevan burundanga camuflada que reduce la voluntad de las personas que están bajo sus efectos.

jueves, 23 de junio de 2022

En favor del aburrimiento

"Mamá, me aburro". No lo queremos oír. Como sea hay que ahorrarle a los niños ese trago amargo. Nuestros hijos tienen que ser felices. Que se diviertan. Y les lanzamos de inmediato un cable para que salgan del pozo: "Coge la tablet o ponte una peli". Craso error, les estamos impidiendo estar consigo mismos, entenderse, discurrir. Deberíamos de enseñarles desde pequeños a aprender a perder el tiempo. Aburrirse es muy sano. Aburrirse significa etimológicamente escapar del estremecimiento, huir de las conmociones. Y eso es precisamente lo que necesitamos para percibirnos, es la situación que tendríamos que propiciar  para que nuestro cerebro nos hable, para que nuestro corazón se decida a ser nuestro amigo. La tranquilidad es imprescindible para poderlos escuchar. Es muy importante que dispongamos de ese momento en el que en teoría no hacemos nada. Si no estamos con nosotros, sin tareas, en silencio, atentos, aburridos, difícilmente podremos percibir sus susurros, sus sugerencias, sus insinuaciones. Si nos pilla distraídos perderemos la oportunidad de descubrir un camino, de iniciar una aventura, de recibir un mensaje interesante, algo que nos podría cambiar la vida. Y quizás ese nuevo enfoque fuese para bien y para siempre.

miércoles, 8 de junio de 2022

Cuidado con los bajos fondos

La misión era ciertamente delicada aunque poco peligrosa. Un intruso sospechoso se había atrincherado en una esquina del riñón izquierdo y amenazaba con llevar a cabo una masacre. Lo mejor en estos casos, lo que aconsejan los cánones, es proceder a su embolización aunque ya en el desarrollo de la operación nos dimos cuenta de que no era necesario. Con una arterioriografía bien diseñada comprobamos que en su ubicación no podía recibir apoyo sanguíneo externo y terminaría por rendirse. Caso cerrado, operación concluida. Celebramos con alborozo el éxito de la intervención. Cuando nos replegábamos con el liberador parte médico de alta en la mano, una inesperada avalancha prostática nos ataca por la espalda y sin darnos tiempo a reaccionar se hace por sorpresa con nuestra uretra. Una violenta obstrucción urinaria se desata al instante. Estamos perdidos, no hay salida, la situación es tensa. No tenemos más remedio que pedir refuerzos. Cuatro audaces enfermeras bien armadas y un diestro urólogo acuden en nuestra ayuda. Realizan un estratégico sondaje de emergencia que nos libera de la angustiosa presión enemiga. Por suerte salimos esta vez airosos de la barriobajera emboscada prostática, pero está claro no se puede bajar la guardia. A estas alturas hay que andar con mucho tiento cuando uno tiene que moverse por los bajos fondos. 

jueves, 5 de mayo de 2022

La educación y la capacidad de inventar

    Releo "La fragilidad del mundo" y me vuelvo a tropezar con un párrafo que iba buscando, porque ya en la primera lectura me dio la sensación de que me reafirmaba. 
    “No estamos educados cuando hemos adquirido determinadas competencias sino cuando nuestra relación con el mundo, con los otros y con las cosas resuena, cuando es relevante, cuando resulta estremecedora, cuando vibra, cuando somos capaces de emocionarnos con lo que leemos, con lo que miramos, con lo que hacemos”.  
    Me gustan, me identifico totalmente con ellas y me apropio de estas palabras del filósofo catalán Joan-Carles Mèlich. Siempre he pensado que la educación debería asociarse a la capacidad de inventar, de discurrir, a la necesidad de afrontar lo nuevo, de reaccionar ante lo que nos encontramos por sorpresa a la vuelta de la esquina.  

miércoles, 20 de abril de 2022

El alma de las cosas

    En el prólogo de "Fotos escritas a mano. El lenguaje de la imagen", Jesús Trello, un arqueólogo sabio que dedica su vida a hablar con las piedras decía que yo, con mi cámara, conectaba con el alma de las cosas y la retrataba, un piropo exagerado por el cariño que me tiene, pero sin duda el mayor halago que se le puede hacer a cualquiera. Acercarse a las cosas y despertar su esencia es propio de los dioses. En el mundo de las prisas tendemos a reducir las cosas a simples objetos, utensilios que manejamos a nuestro antojo según su utilidad, bienes materiales cuyo destino no es otro que ser sustituidos por otros con mayor pragmaticidad cuando llegue el momento. Estamos perdiendo la posibilidad de disfrutar de la importante carga inmaterial de las cosas materiales. No hay duda de que esos objetos de los que nos rodeamos están cargados de resonancias personales, familiares y sociales que por desgracia tendemos a ignorar. Por mucho que ese dios adorado llamado dinero nos incite a menospreciar la resonancia afectiva de las cosas, por mucho que quiera reducir su valor a su precio de mercado y por mucho que nos invite a desposeerlas de su singularidad, las cosas tienen alma.

sábado, 2 de abril de 2022

Lo que la foto dice y lo que quieren que diga

Las fotos que acompañan a los textos contribuyen a la interpretación de los mismos. 
Muchas veces el emisor busca provocar una interpretación falsa por parte del lector. 
Esto se llama manipulación. 


viernes, 11 de marzo de 2022

Putin, Valle Inclán y el reverso del verso

    No puede pretender Putin que sea el miedo al coronavirus el que fuerza esa distancia esperpéntica con su contertulio Macron. La imagen nos recuerda a Valle Inclán y nos hace reflotar ese término con el que el escritor gallego deforma la realidad recargando sus rasgos grotescos y absurdos. Esa mesa de madera y larga como la nariz de Pinocho es una burla grosera, una caricatura de acuerdo que pone sobre el tapete la intención última del hierático espía ruso. Nada que ver con un ansia de acercamiento entre posturas distantes o con un interés por el diálogo. Lo que evidencia la esperpéntica puesta en escena es que detrás de las palabras, sean las que fueren, hay una distancia insalvable entre Putin y el mundo, un deseo palpable de ignorar al de enfrente, de ridiculizar cualquier esperanza. 
    Días antes de empezar a bombardear Ucrania, afirmaba con sarcástica ironía que se iban a realizar  maniobras con misiles balísticos y de crucero para comprobar el estado de forma de las fuerzas militares y verificar la fiabilidad del armamento. Ese era el discurso, el verso inocente del mandatario ruso pero, como en Valle Inclán, detrás de lo bufo, de lo grotesco, de lo cómico y lo absurdo se vislumbra siempre una situación dramática. El reverso del verso escondía un bombardeo indiscriminado de desgracias, una lluvia de terror sobre todos los que no se arrodillen al paso del amo. Tan trágicamente esperpéntico como afirmar que su decisión de cubrir el mundo de cadáveres es un acto de amor a la humanidad, 

sábado, 19 de febrero de 2022

Los gallegos, Ayuso y Rosalía de Castro

    Es verdad que los gallegos tenemos fama de desconfiados. Siempre he pensado que era a causa de la orografía. En un pueblo de la meseta castellana puedes descubrir con tiempo suficiente al que se acerca, en un terreno sinuoso, quebrado y lluvioso como el gallego no ves al que llega hasta que lo tienes encima. 
    Yo no desconfié de Ayuso cuando nos contó aquella novela rosa de la crueldad de los espías genoveses. En la distancia y con el cuidadoso glamour de la puesta en escena parecía creíble. La cosa se complicó en la distancia corta cuando se fue levantando la niebla y se acercó a nosotros con los papeles en la mano. El gallego es observador y desconfía cuando las cosas no le cuadran. Y a la luz del contrato al gallego y a cualquiera algo le chirría. Chirría que la Administración ponga un millón y medio de euros en manos de alguien que no conoce y mucho más chirría que la presidenta no conozca casi nada de la relación fraternal y sustanciosa que mantiene su hermano con la Comunidad de Madrid. Bajando a lo mundano, no cuadra nada que al contratante no le extrañe que el precio de la mascarilla sea exactamente cinco euros. El gallego piensa que conocidos el precio de coste y el margen de beneficio es muy sorprendente que el resultado matemático sea una cifra redonda. Tampoco cuadra bien que al contratante no le importe que sean mascarillas FFP2 o FFP3 porque no cuestan igual y al gallego no todo le da lo mismo. 
    Decía Rosalía de Castro que la desconfianza nace del desconocimiento. Es verdad, los gallegos somos desconfiados, pero solo cuando no conocemos todos los datos y, sobre todo, cuando tenemos la sensación de que nos los ocultan.

viernes, 4 de febrero de 2022

"Señorías, váyanse a la mierda"

    Era una ley importante, la mejor reforma laboral posible, sin un solo punto que no supusiese una mejora para los trabajadores y el mayor avance en décadas para la recuperación de sus derechos frente a la precarización. Además, la reforma estaba visada por la Comisión Europea y conseguida gracias al diálogo entre el Gobierno, los representantes del empresariado y los sindicatos de trabajadores. Un éxito total, un ejemplo, una ley para aplaudir con entusiasmo por cualquier fuerza política interesada en el bien de la ciudadanía. 
    Pero no, España siempre es diferente y el bochornoso espectáculo de ayer en el Congreso no deja dudas de ello. Un partido llamado del pueblo (popular) que no apoya que el pueblo mejore, una izquierda republicana para la que el voto o el rechazo dependen de quiénes compartan su posición y no del contenido de la misma, un partido que prefiere darle una colleja al Gobierno aún a costa de que cientos de miles de trabajadores salgan malparados, dos rufianes navarros que mienten como bellacos ante su propio partido y ante el mundo para ocultar su felonía y dinamitar la reforma, otro ilustrado representante del pueblo que no distingue el si del no y quiere vendernos la moto de que no es su estupidez sino la informática y el Gobierno socialcomunista los que han robado su intención de voto. Para terminar el espectáculo teatral lamentable, la presidenta de la mesa suma con los dedos y da por ganadores a los vencidos. Un desastre total, una vergüenza, una impresentable clase política, una locura. Ayer echamos en falta un poco de cordura, echamos en falta a Labordeta: "Señorías, váyanse a la mierda".

domingo, 16 de enero de 2022

¡García-Page, presidente!

    Lo ha hecho muy mal el PSOE al ponerse de lado en el tema de la mierda de los cerdos. Tenía miedo que los ganaderos le tirasen a la cara los votos negativos y prefirió esconder la cabeza bajo el ala esperando que pasase la tempestad. Los estrategas populares decidieron aprovechar la cobardía socialista para poner en marcha el ventilador. Era una buena oportunidad para que la pestilencia atrajese más moscas a las urnas. Casado, el bucólico defensor de la causa agraria, acompañado de su fiel escudero Montesinos, aseguraba entre vacas que campaban a sus anchas que la ganadería industrial no era nociva, que no degradaba el medio ambiente, que no suponía ningún maltrato animal y que era deseada en los pueblos de la España vaciada porque generaba empleo y atraía turismo.  
    No debieron de hacer muy bien los populares la campaña de descrédito porque el ministro de Consumo sale de la tormenta sin despeinarse, manteniendo firmemente su postura y ganando la batalla de la opinión pública. Pero, si no lo hicieron bien sus oponentes, no lo hizo mejor el presidente del Gobierno no poniéndose de parte de su ministro y todavía peor lo hizo el presidente de Castilla La Mancha que, en el furor de sus arremetidas contra Garzón, se le ocurre decir que la lubina que se pesca con caña es igual que la que se cría en piscifactoría y que ecológicamente no tiene impacto negativo en el equilibrio marino la pesca de arrastre, aunque destroce un poco el fondo marino y acabe con la vida de muchos pezqueñines. Lo mismo que las macrogranjas. ¡Buena forma de arreglar "la metedura de pata" de Garzón! 
    Quien hoy siga pensando en darle su voto para presidir Castilla La Mancha a don Emiliano, el congruente socialista instruido que defendía ayer con fervor las macrogranjas y hoy aprueba una moratoria para prohibirlas, tiene bien ganado su derecho a presentar su candidatura a tonto del año.

sábado, 15 de enero de 2022

¿Las elecciones se ganan en twiter?

    Esto ya no es lo que era. El tema Garzón es otra muestra más de que las cosas han cambiado. La forma en que las personas consumimos noticias ha propiciado una reconversión de los planteamientos informativos de los políticos. "Hemos llegado a un punto tal que el que está en la vida pública debe morderse la lengua en cuanto sale de su casa. A veces también dentro. Es una desgracia, se ha potenciado la hipocresía. Así estamos”. Lo decía Anguita, el defensor a ultranza del "programa" frente al postureo. Antaño, los aspirantes tenían que ganarse al personal con su carisma, su verbo y demostrando su potencial capacidad para hacer frente a los problemas, hoy parece que es suficiente con divulgar bulos. Se pretende que no sean las urnas las que hablen sino que sean las redes sociales las que elijan al presidente del gobierno. El lema electoral del PP ya no es la cándida gaviota y la música celestial que acompañaban a Fraga, ahora la máxima de Casado es "Más ganadería y menos comunismo", algo así como "más chuletones y menos luchar por la igualdad". 
    El ministro de Consumo asegura que seguirá defendiendo esa línea de trabajo y posiblemente salga reforzado tras el envite. Al final, a todos nos gustan los políticos que no renuncian a sus principios aún cuando las circunstancias aprietan, nos gusta la gente que no alardea, los que no presumen de tener fórmulas mágicas para solucionar problemas pero saben bien cuál es el problema, los que no se componen para salir en la foto, los que buscan la verdad y no los aplausos, los que sin mucho carisma llaman la atención por lo mucho que dicen sus palabras. Y, sobre todo, nos gustan aquellos que no se excitan ni tienen que levantar la voz para convencer. Por eso nos gusta que haya políticos como Alberto Garzón.

viernes, 14 de enero de 2022

Un máster ayuda mucho

Alberto Garzón dice en The Guardian que las macrogranjas “contaminan la tierra, contaminan el agua y luego exportan la carne, de peor calidad, de estos animales maltratados”. 
No es fácil pero, a partir de estas palabras, Pablo Casado consigue deducir la miseria de la ideología del ministro de Consumo, "una ideología política que está en el Consejo de Ministros porque Alberto Garzón es el líder del Partido Comunista español”, que intenta "intervenir en los hábitos y en la economía familiar", al decir a los españoles que coman menos carne y a los ganaderos "que tienen que cerrar sus explotaciones”, lo que le lleva a concluir que Sánchez debe cesar inmediatamente al ministro porque no hay precedentes de un Gobierno que hable mal de su país, como lo hace Garzón. No todos estamos capacitados para extraer conclusiones tan afinadas del texto pero hay que recordar que Casado tiene un máster de la Universidad Juan Carlos I que quizás le faculte para extraer estas conclusiones. Lo que no está muy claro es si el máster que hizo el presidente del PP era en Derecho Político, en Gestión Avanzada de Bulos Impensables o en Nociones de Psicología Atolondrada para Políticos Desesperados.

domingo, 9 de enero de 2022

La necesidad de no verlo claro

    Me da mucho miedo la gente que no duda. Rechazo a los que tienen la fórmula mágica para resolver cualquier problema, a los categóricos, a los que saben siempre lo que hay que hacer para ganar el partido de fútbol, para acabar con las ansias nacionalistas de los catalanes o para solucionar definitivamente la crisis pandémica del coronavirus. Pánico es lo que me dan. 
    Hoy, en nuestra sociedad, no se se ven bien las dudas, todo el mundo está seguro de estar en posesión de la verdad, de conocer el truco para solucionar el problema. No se puede titubear, requerimos certezas, seguridad, solidez; hay una necesidad enfermiza de tenerlo todo claro. Es verdad que tener las cosas claras muchas veces es una suerte o una virtud, pero en la mayor parte de las ocasiones es un indicador de la estupidez del que asegura tenerlas. Ni un profesor, ni un político ni un médico se atreven a manifestar abiertamente su incertidumbre, sus dudas acerca de la mejor forma de afrontar una situación, de cómo salir del embrollo, aunque lo más probable es que las tenga. Si algún responsable deja entrever, aunque sea  mínimamente, que algo no lo tiene claro o que está indeciso, nos lanzamos a su cuello por incompetente (“Este es un enchufado, no tiene ni idea, no sé qué hace ahí”). 
    Tener dudas antes de tomar una decisión es lo más inteligente. Hay que ser más humildes y asumir la fragilidad de nuestros conocimientos. No verlo claro no solo no es un vicio sino que es una virtud. Lo inteligente es dejar de pensar que lo sabemos todo sobre cualquier aspecto de la ciencia, la política o el fútbol. Únicamente así la vida nos puede sorprender con otras realidades que ni siquiera creíamos que pudieran existir. Gracias a las dudas quizás descubramos algunas soluciones maravillosas en las que ni siquiera habíamos pensado porque la ceguera que nos producían nuestras certezas nos lo impedía.

lunes, 3 de enero de 2022

Mis cándidos terraplanistas

En el fondo me hacían gracia los terraplanistas. Lo reconozco. Era gente cándida, entrañable, incrédula, despistada, que no quería admitir la evidencia, bien por ignorancia o porque no le convenía. A fin de cuentas, su discurso consistía en contar a los cuatro vientos su descubrimiento –una gran mentira de la que estaban convencidos– y divulgarlo para que los demás pudieran disfrutar de su interesante hallazgo. Los incautos seguidores de estas fábulas son muchos millones, apoyados en discursos paternalistas y vídeos que demuestran científicamente que la Tierra es plana, que Elvis sigue vivo escondido en algún lugar del planeta o que la Luna que abordaron Armstrong, Aldrin y Collins era un decorado de la Metro Goldwyn Mayer. 
Pero ahora surgen quienes utilizan a toda esa gente inocentona para hacer el mal. Los antivacunas están matando a mucha gente usando como correa de transmisión a todas esas personas fantasiosas, a las que les dicen que la vacuna lleva un chip con el que nos van a controlar a todos, que no es segura, que dentro de un par de años los vacunados morirán en masa, que el coronavirus no existe o que las vacunas son cosa del Bill Gates para apoderarse del mundo. Y como se lo creen, porque les hace falta creer en algo, se ponen a advertir a todo su entorno de esos peligros. Quieren ayudarnos, salvarnos la vida. Desgraciadamente los que van por ahí arengando a las masas en contra de la vacunación no son gente cándida ni entrañable son desalmados movidos por intereses políticos que quieren ganar gente para su causa. Casualmente son los mismos convencidos de que los inmigrantes son asesinos en potencia, los que niegan el cambio climático o la existencia de la violencia machista. Saben que tienen un nicho de mercado inmenso y fácil para captar votos entre los cándidos terraplanistas. Aquella buena gente que decía que la Nasa nos mentía, aquella gente inocente y despistada, hoy engrosan en masa las filas de la ultraderecha. 

Ciudades deshumanizadas

Regresamos a Madrid. La vuelta a la gran ciudad después de unos días de disfrute de la naturaleza en Galicia resulta cada vez más triste. La...