A las 00:00 introducimos en un tubo de ensayo una bacteria que se duplica cada minuto. A los dos minutos hay cuatro bacterias y así sucesivamente hasta que a las 01:00 el tubo de ensayo está lleno de bacterias. Es el colapso. Se acabó.
Un dato importante: tan sólo 1 minuto antes del colapso, a las 00:59, las bacterias sólo ocupaban la mitad del tubo de ensayo. Cuando ha transcurrido el 99% del experimento nadie aprecia nada preocupante.
¿En qué momento las bacterias se darían cuenta de que el crecimiento es insostenible? A las 00:58 las bacterias ocupaban el 25% del tubo y a las 00:57 tan sólo un 12,5%. Es de suponer que si a las 00:55 cuando se había llenado solamente un 3,125% del tubo, una bacteria dijera que había un problema de crecimiento sería el hazmerreír de las demás. Le tacharían de provocadora y de alarmista: casi el 97% del tubo estaba vacío. Pero la realidad es que tras 55 minutos de bienestar tan solo quedaban 5 para que la vida se agotase.
Ahora supongamos que a las 00:58, tras darse cuenta de que algo no va bien, algunas bacterias inquietas se salieran del tubo y regresaran con otros tres tubos de ensayo. Se habría acabado el problema: ¡3 planetas enteros como el original por explotar! Pero…, a las 01:00 el tubo original estaría totalmente colapsado, a las 01:01 el segundo tubo también y a las 01:02 ¡los 4 tubos estarían llenos! Al cuadruplicar la cantidad de recursos sólo se ganan 2 minutos si el crecimiento continua al mismo ritmo.
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