miércoles, 29 de noviembre de 2023

¿Llega el momento de pensar o repetimos el pasado?

    Es más que dudoso que todos estos jóvenes poco ilustrados que han estado un mes incendiando la calle gritando máximas de un calibre tan ingenioso como “Pedro Sánchez, hijo de puta”, a cuya melódica sinfonía se adhería también la presidenta de la Comunidad de Madrid, se paren a pensar en lo que dicen. 
    
    Avanzamos sin remedio hacia una sociedad de impensantes, de repetidores de frases manidas que pierden significado tras tanto usarlas, de atolondrados que recitan de memoria textos que jamás han cuestionado y muchas veces ni siquiera han entendido, pero que la reiteración y la repetición han hecho de ellos la única verdad. A lo mejor es el momento de pensar, no de repetir.

     Decía Platón que la gente cuya única referencia del mundo que les rodea son las sombras que la realidad proyecta en el muro que tienen ante sus ojos, una vez liberados de sus ataduras seguirán convencidos de que la realidad son las imágenes que de la misma han estado contemplando toda la vida. Nadie les podrá convencer de lo contrario. A estos chicos les pasa lo mismo, han estado mucho tiempo en la caverna.

    En esa misma línea sería muy interesante que Vox y PP digiriesen de una vez que el Gobierno recién constituido es totalmente legítimo y democrático y que no le negasen el aplauso a la presidenta del Congreso tras el discurso inaugural de apertura de la XV legislatura. Tampoco estaría nada mal que a Erc, Bildu, Junts y Bng se les encendiese una lucecita en el cerebro que les permitiese discernir entre el dejar constancia de su republicanismo y su rechazo a la monarquía y su obligación de respetar con una postura decorosa los actos en los que interviene la institución de la que han decidido formar parte. ¿Será el momento de pensar?

martes, 21 de noviembre de 2023

Coronavidad 2023

    Acabadas las vacaciones veraniegas, pasamos ese tiempo festivo importado llamado halloween y nos invaden sin solución de continuidad las fiestas navideñas. La pandemia de la Navidad se extiende con rapidez. Zombies, telarañas y esqueletos han dado paso a papá noeles y abetos artificiales. En los medios de comunicación la llegada del coronavidad 2023 eclipsa los enfrentamientos entre progresistas de pro y ultraconservadores del ayer, para recomendarnos antivirus en forma de colonias maravillosas y coches de alta gama. También chupa pantalla la lucha de diferentes ayuntamientos contra el vigués Abel Caballero por hacerse con el récord del árbol de Navidad más grande del mundo. Ansia de luces y fiesta. La razón inicial que propaga este virus festivo es que el aburrimiento de la vida cotidiana necesita distracciones y trata de aprovechar los aires de fiesta que se viven. Al no poder mantener la distancia de seguridad con nuestro yo más razonable, va a inocularnos fácilmente el veneno comercial que nos obliga a consumir lo que no necesitamos. Al final, hartos de comprar, de comer y de beber, el coronavidad 2023 nos dejará como secuela la sensación de no poder llenar el vacío cotidiano. La mejor manera de no contraer la enfermedad y librarnos definitivamente del virus pasaría por ir añadiendo colores a la paleta de nuestra actividad diaria y que el ocio del que disfrutamos nos acercase a la creatividad, no a la inversión. Eso nos ayudaría a cambiar como personas, a no necesitar tanta fiesta contaminante y a ser más felices.

lunes, 20 de noviembre de 2023

Una tarde curiosa

Aquella tarde vino a recogerme una celadora para bajarme al quirófano. Me sorprendió que no viniese Alfonso, el celador que me había bajado otras veces y me alegré de que hubiese alguna mujer en un puesto tradicionalmente ocupado por hombres. La camilla discurrió con agilidad por los diferentes pasillos. Al llegar al quirófano me recibió la doctora Pinto, la jefa del equipo, que me explicó cómo se iba a llevar a cabo el implante de la endoprótesis que ya me habían anunciado la doctora Yagüe, mi internista y la doctora Soriano, mi oncóloga. Después me presentó a la doctora Gayoso, la jefa de anestesiología, que me apuntó las líneas básicas que seguiría durante la operación. La enfermera jefe, Patricia, y alguna de sus ayudantes me pasaron de la cama a la mesa de operaciones. Mientras me preparan me doy cuenta de que todas son mujeres en este proceso. Me encanta por excepcional y lo digo. Comento que acabo de publicar un libro de fotografía titulado “Enfocando a la mujer silenciada”, con ánimo de poner en evidencia que en el mundo se le siguen otorgando a la mujer roles secundarios. Me preguntan si soy escritor. No, como mucho un aficionado a la fotografía que escribe. Dicen irónicas que van a proponer a la dirección que se le ponga al quirófano mi nombre. Sonrío. La anestesia hace efecto. Noto que encantado me duermo.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Escritura enlatada


Caligrafía en conserva.

Libros que agonizan de tristeza, estilográficas que lloran abandonadas.

Lápices mudos, libretas sin voz, folios sin alma.

Hoy se han vuelto emoticonos lo que antes eran palabras.

---------------------

Nuestros primeros pasos nos llevan a la escuela primaria para aprender a leer y escribir. La lectura y la escritura son las armas fundamentales para llegar a ser adultos independientes, para fomentar un espíritu crítico que nos permita ser dueños de nuestros actos. ¡Manifestémonos en contra de su arrinconamiento!

domingo, 12 de noviembre de 2023

Hay que leer más

    Por casualidad cae en mis manos “Lectocracia: una utopía cívica”, un libro interesante que, en síntesis, propugna el poder de la lectura como fundamento del espíritu crítico para entender el pasado, interpretar el presente y delinear el futuro, para ayudarnos a decidir por nosotros mismos, para crecer en independencia personal y poderse desvincular de los tópicos que circulan a nuestro alrededor. 
    A la pocas páginas inevitablemente relaciono la lectura con los exaltados que estos días reparten por las calles de Madrid consignas de rabia, mensajes bélicos y cánticos de odio. Pienso de verdad que estos agitadores compulsivos son unos iletrados, no leen, no se preocupan por indagar, simplemente repiten algo acuñado que se les ha quedado clavado un día en la memoria y que no cuestionan. 
    La lectura es la base del conocimiento, lo que nos convierte en pensadores, en personas independientes. Uno no puede ser muy instruido si pretende combatir la dictadura a la que supuestamente nos lleva Pedro Sánchez entonando el Cara al sol y con vivas a Franco. Ni se puede invocar la libertad de expresión para poder soltar barbaridades a diestro y siniestro y al tiempo zarandear a los periodistas que quieren expresar lo que están viviendo. Todos contra la ley de amnistía aunque no parece muy sensato estar en contra sin ni siquiera haberla leído. Hay que leer más para ser más libres, más sensibles y más reflexivos. 

martes, 7 de noviembre de 2023

La democracia tiene dueños

    En la antigua Atenas, la cuna de la democracia, allá por el siglo V a.C. las decisiones políticas se tomaban en asambleas abiertas donde los ciudadanos tenían la oportunidad de debatir, deliberar y votar directamente sobre cuestiones de importancia. No había intermediarios, y la transparencia y la participación eran fundamentales. Hoy, 2500 años después, inevitablemente la democracia se ha vuelto más compleja y obligatoriamente representativa. Aunque en teoría ha evolucionado tratando de mantenerse fiel a sus orígenes, son muchos los factores que han hecho que se modifique la esencia de la misma. 
    La influencia mediática está alterando a pasos agigantados el pretendido gobierno del pueblo que los atenienses tenían en mente cuando hablaban de democracia. El manejo interesado de los medios de comunicación o la generalización en el uso de las redes sociales son nuevos factores que suponen un poder inmenso para dar forma a la opinión pública y, por lo tanto, influir en las elecciones y en la toma de decisiones. Y ese poder mediático tiene dueños.
    Es evidente que la polarización, la desinformación y la manipulación son amenazas constantes en este nuevo horizonte mediático, lo que pone en peligro la capacidad de los ciudadanos para acercarse a las urnas con un criterio propio sobre lo que van a votar. Y también es evidente que para recuperar el espíritu original de la democracia griega es esencial abordar estos desafíos. La transparencia, la educación cívica y la regulación de la influencia mediática y financiera en la política son fundamentales para restaurar la confianza en el sistema democrático. Es complicado, pero solo así podremos conseguir que la democracia vuelva a ser una herramienta genuina para el empoderamiento de los ciudadanos y la toma de decisiones colectivas informadas.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Menos decibelios y más urnas

     Vivimos tiempos convulsos, rabiosos, de una hipersensibilidad enfermiza en la que todo lo que no nos encaja nos ofende y hay que intentar eliminarlo. Hablamos por ejemplo de aborto, de matrimonio homosexual, de violencia de género, de acogida de inmigrantes o de amnistía. Hay sectores de la población a los que estas cosas les ofenden tanto que quieren hacerlas desaparecer como sea. Y no es que los valores utilizados para defender posturas en contra tengan en sí nada malo. Probablemente descontextualizados esos argumentos sean dignos de tener en cuenta para un análisis. El problema surge cuando se emplean imperativamente, cuando el mundo se pretende que sea como uno quiere. 
        Desgraciadamente, a los que no les encaja algo o alguien, les parece obligatorio eliminarlos. A mucha gente no le encaja que Sánchez busque soluciones a la unidad territorial de España acercándose a los independentistas y por eso tratan de eliminarlo. “Hay que acabar con el sanchismo o Sánchez acabará con España”. 
        Éstos, que se consideran portavoces de amplios sectores de la población, ignoran que las ideas que pueden mejorar a la sociedad solamente fructifican con el atrevimiento, que la política obliga a dirigir, a tomar decisiones sin plegarse a demagógicas olas de un supuesto sentir popular y olvidan con sorprendente facilidad que en democracia las elecciones no se ganan por el nivel de decibelios de las voces indignadas que utilizan para insultar, desacreditar y tratar de eliminar a los adversarios. Por suerte, en democracia  son las urnas las que mandan.

domingo, 5 de noviembre de 2023

Una razón inesperada

    Estaba de nuevo ingresado. Esta vez concretamente en la habitación 214 del hospital Moncloa. Serían alrededor de las nueve y cuarto cuando terminé de asearme. Al abrir la puerta del cuarto de baño casi me tropiezo con la persona que entraba a hacer la limpieza de la habitación. Era una mujer de amplias proporciones, cuarenta y pocos años, estatura media y semblante serio aunque agradable. Saludo protocolario y alguna frase estándar acerca del trabajo. Nada más. Ella dirigió directamente el carrito hacia el fondo de la habitación para comenzar su tarea. Enfrascada de lleno en la labor, con aparente convencimiento y sin levantar la vista de la fregona que manejaba, dice: “Usted es filósofo, ¿verdad?” La frase permanece un buen rato flotando en la habitación. Me frena. El tono es rotundo, parece querer confirmar algo sobre lo que ella no tiene duda alguna.
    - ¿Y cómo sabe usted que soy filósofo?
    - ¡Hombre! Porque no habla usted como los demás.

Ciudades deshumanizadas

Regresamos a Madrid. La vuelta a la gran ciudad después de unos días de disfrute de la naturaleza en Galicia resulta cada vez más triste. La...