lunes, 20 de noviembre de 2023

Una tarde curiosa

Aquella tarde vino a recogerme una celadora para bajarme al quirófano. Me sorprendió que no viniese Alfonso, el celador que me había bajado otras veces y me alegré de que hubiese alguna mujer en un puesto tradicionalmente ocupado por hombres. La camilla discurrió con agilidad por los diferentes pasillos. Al llegar al quirófano me recibió la doctora Pinto, la jefa del equipo, que me explicó cómo se iba a llevar a cabo el implante de la endoprótesis que ya me habían anunciado la doctora Yagüe, mi internista y la doctora Soriano, mi oncóloga. Después me presentó a la doctora Gayoso, la jefa de anestesiología, que me apuntó las líneas básicas que seguiría durante la operación. La enfermera jefe, Patricia, y alguna de sus ayudantes me pasaron de la cama a la mesa de operaciones. Mientras me preparan me doy cuenta de que todas son mujeres en este proceso. Me encanta por excepcional y lo digo. Comento que acabo de publicar un libro de fotografía titulado “Enfocando a la mujer silenciada”, con ánimo de poner en evidencia que en el mundo se le siguen otorgando a la mujer roles secundarios. Me preguntan si soy escritor. No, como mucho un aficionado a la fotografía que escribe. Dicen irónicas que van a proponer a la dirección que se le ponga al quirófano mi nombre. Sonrío. La anestesia hace efecto. Noto que encantado me duermo.

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