lunes, 16 de diciembre de 2019

La gran mentira

Estoy de acuerdo. Todos debemos luchar por no desangrar más el planeta. No tenemos otro y éste está exhausto. Pero no me creo eso del crecimiento sostenible. Es una frase bonita fácil de vender, pero no es la solución. No entiendo que en plena Cumbre del Clima no se hable del problema real que todo el mundo conoce. Los políticos se apropian de la llave maestra de la sostenibilidad para poder seguir justificando sus programas, pero nadie se atreve a decir —cuando es evidente— que ningún crecimiento es sostenible: ni el económico, ni el de los recursos, ni el de la población mundial, ni el energético,... Es todo mentira. 
En la COP25 se habla de ecologismo, de reducción de emisiones, de crisis climática, de residuos, de energías alternativas, de descarbonización de la economía, del plástico, pero no se ha oído ni una sola palabra de la necesidad imperiosa de no crecer más. Los países emergentes luchan por un hueco en su derecho al desarrollo pero no hay posibilidad de conseguirlo. Esto no da para más. Ningún crecimiento es sostenible. El objetivo debería ser intentar como locos un crecimiento cero pero, ¿quién se atreve a decir al mundo que la única solución es que dejemos de consumir, cuando el mundo está enfocado a un mayor consumo constante?
La única energía interesante es la que no se gasta. Esa sí es gratis y es inocua. La pregunta es, ¿estamos de acuerdo en que nuestra vida, tal y como ahora la entendemos, es insostenible? 
La Cumbre del Clima ha sensibilizado al mundo acerca de la grave crisis ambiental en la que nos hemos metido. Pero para combatir el desastre se propone con descaro una receta mentirosa con la que nos quieren hacer creer que seguir viviendo como lo hacemos no terminará acabando pronto con el planeta.
 

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