domingo, 31 de mayo de 2020

Imágenes para siempre

No cabe duda alguna de que este año cabalístico, enigmático, este 2020 tan especial, ha venido para quedarse. Quiere dejarnos  un abanico de imágenes con una gran carga emotiva, que marcarán para siempre los recuerdos y la vida de toda una generación. Escenas de hospitales colapsados, de ciudades sorprendentemente vaciadas, de rostros desgarrados sin consuelo, de aplausos sinceros, de llantos incontrolados, de ancianos moribundos secuestrados, de amarga soledad incontenible o con muestras de solidaridad desbordante, imágenes importantes plagadas de intensidad que nunca conseguiremos borrar.
Desgraciadamente y en paralelo también se nos quedarán en la retina otras estampas de impacto, menos emocionantes y tan dolorosas cuando menos, manchadas de crispación, de odio, salpicadas de acaparadoras banderas callejeras tratando de apoderarse de lo que es de todos, fotos impregnadas con los mensajes irresponsables de nuestros responsables políticos, escenas con groseros ejemplos de falta de ejemplaridad, del intratable ruido extremo de la intolerancia, de la ausencia total de autocrítica en momentos tan críticos o de atrincherados delimitadores de fronteras que acentúan las distancias entre las diferentes españas. Todas esas imágenes también se van a quedar con nosotros.
Siempre recordaremos este año como aquel en el que alguien nos robó la primavera. Por ahora no podemos saber si además, detrás de la primavera robada, la llegada de la nueva (a)normalidad traerá consigo un ansiado verano aclimatado en el que nadie se haya quedado atrás o, por el contrario, lo que nos espera directamente es un desesperante invierno como un infierno teñido de inclemencias e incertidumbre.

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