Cae en mis manos La condición humana, de Hannah Arendt, un libro intenso, algo pesimista y presumiblemente interesante, que trata sobre el destino del ser humano. Arendt le da vueltas al sentido de vivir y con la condición humana se refiere a la cosificación de las personas.
Lo ojeo con ganas y sin pararme demasiado porque desde las primeras páginas veo claramente que me queda grande debido a mi poca preparación en estos campos de la filosofía. Me quedo con alguna idea suelta y con una frase con la que comulgo cada día más al irme haciendo un poco más viejo: Nunca está nadie más activo que cuando no hace nada, nunca está menos solo que cuando está consigo mismo.
La rapidez con la que se mueve el mundo actual y nosotros con él, nos impide en gran medida el contacto con la realidad de la persona más importante que tenemos hoy en el planeta, que somos nosotros mismos. Así se nos hace totalmente imposible comprender nuestras necesidades y digerir nuestros deseos. Y sin hacerlo estamos perdidos.
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