miércoles, 10 de febrero de 2021

Un virus en el campamento

La lección magistral que estamos obligados a llevarnos bien aprendida antes de que se de por terminado este curso intensivo en el que nos han obligado a matricularnos para superar el examen del coronavirus, es que la solidaridad no tiene nada que ver con la caridad ni con el buenismo. Hoy por hoy ser solidario es sencillamente una cuestión de inteligencia. El primer capítulo del nuevo manual de supervivencia que tenemos que aplicar empieza así: "Mientras no tratemos a todo el mundo por igual estamos perdidos". Quedas automáticamente suspendido si pretendes aplicar el viejo método del sálvese quien pueda. Ya no está en vigor. Retirado del mercado, no funciona. 
La pandemia ha puesto en evidencia que cuando se trata de cuestiones importantes no valen ni los muros de Trump ni las caceroladas del barrio de Salamanca. No existen fronteras ni clases sociales. Todos iguales. Una lección magistral a cargo del enmascarado coronavirus, el auténtico demócrata, el referente político para el futuro inmediato. Nadie puede salvarse si no se salvan los demás. Tenemos que vacunarnos todos. Incluidos los dominicanos de mi barrio, los ancianos y los niños, los Menas, los homosexuales, los que han llegado en patera, las prostitutas, los senegaleses de Lavapiés y los gitanos de la Cañada Real. Todos. También los africanos de África y los sudamericanos de Sudamérica. 
El mundo ha dejado de ser hace tiempo un conjunto de aldeas desperdigadas por su superficie. El planeta es hoy un campamento global en el que estamos todos refugiados. Y la amenaza del bicho nos obliga a pensar. Tenemos que decidir ya si seguimos adelante todos unidos, si nos liamos a caceroladas contra esta sociedad global y estúpida en la que nos hemos metido o si preferimos aislarnos eternamente del mundo tras el muro de Trump para subsistir. Es una reflexión definitiva, un examen fundamental. A los pensadores políticos de la aldea se les exige un notable alto. Nadie con dudas en este tema debería guiarnos hacia el futuro. Nuestra supervivencia depende de ello. 

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