martes, 2 de mayo de 2023

Has decidido venir a por mí

    Has decidido venir a por mí. Sin razones me has puesto en tu punto de mira. Te has propuesto acabar conmigo porque sí. Me has sentenciado caprichosamente. Como a todos los que enfilas a escondidas para propinarles ese mazazo traicionero capaz de aniquilarlos, como a todos los que espías en silencio para poder asestarles ese navajazo por la espalda que les derrumbe para siempre. 

    Has decidido venir a por mí. Pero eres muy cobarde, no has sido capaz ni de decírmelo a la cara. Miserable. Te he tenido que perseguir para que cantaras. Te he tenido que ir a buscar a tu escondite para descubrir tus intenciones ocultas. He tenido que adentrarme en esa caverna oscura en la que llevas tiempo atrincherado esperando la oportunidad de poder machacarme. Esperabas poder presentarte sin avisar, hacerte ver cuando ya fuera tarde para reaccionar. Ni una oportunidad, ni una mísera advertencia de tu presencia y tus intenciones. 

    Pero esta vez te ha salido mal. Que sepas que no vas a conseguirlo fácilmente. Que sepas que ahora que te he descubierto, no me asustas. Que sepas que pienso plantarte cara. Aunque sea lo último que haga. Pienso aferrarme a lo que queda. Pienso exprimir las estadísticas por ínfimas que sean, como se apura el último sorbo de agua en mitad del desierto, como se estiran hasta el infinito los minutos cuando uno está disfrutando del amor, del amanecer o del paisaje. 

        Pero sobre todo, que sepas que no estoy solo. Ni ahora ni nunca. Ni antes ni después. Tengo un ejército que me respalda. No te bastará con someter mi organismo, tendrás que aniquilar también el ánimo y la potente energía positiva de mucha gente que está a mi lado, gente insumisa, insometible, rebelde y tenaz que ha querido acercarse a defenderme de tus amenazas, gente con convicciones, difícil de doblegar, gente que me quiere sin tapujos. Y querer de verdad significa sufrir lo que se ama y amar lo que se se sufre. Lo tienes crudo. Vas a tener que luchar a muerte. Somos muchos, preparados y muy unidos.

    Has venido a por mí y puede que al final lo consigas pero no podrás eliminarme. No conseguirás arrebatarme todo el cariño que me ha hecho sentir la gente que me quiere, no conseguirás eliminar lo orgulloso que estoy de mis acciones, lo feliz que siempre he sido mirando sin miedo al horizonte, la tranquilidad que me ha aportado haber aprendido a vivir sin prisas y sin trampas, el placer de haber podido contribuir a que algunas personas sonriesen o la satisfacción que me produce no haber hecho daño. Son algunas de las cosas de las que no te podrás apoderar. Son intransferibles. Me las llevo puestas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ciudades deshumanizadas

Regresamos a Madrid. La vuelta a la gran ciudad después de unos días de disfrute de la naturaleza en Galicia resulta cada vez más triste. La...