domingo, 16 de enero de 2022

¡García-Page, presidente!

    Lo ha hecho muy mal el PSOE al ponerse de lado en el tema de la mierda de los cerdos. Tenía miedo que los ganaderos le tirasen a la cara los votos negativos y prefirió esconder la cabeza bajo el ala esperando que pasase la tempestad. Los estrategas populares decidieron aprovechar la cobardía socialista para poner en marcha el ventilador. Era una buena oportunidad para que la pestilencia atrajese más moscas a las urnas. Casado, el bucólico defensor de la causa agraria, acompañado de su fiel escudero Montesinos, aseguraba entre vacas que campaban a sus anchas que la ganadería industrial no era nociva, que no degradaba el medio ambiente, que no suponía ningún maltrato animal y que era deseada en los pueblos de la España vaciada porque generaba empleo y atraía turismo.  
    No debieron de hacer muy bien los populares la campaña de descrédito porque el ministro de Consumo sale de la tormenta sin despeinarse, manteniendo firmemente su postura y ganando la batalla de la opinión pública. Pero, si no lo hicieron bien sus oponentes, no lo hizo mejor el presidente del Gobierno no poniéndose de parte de su ministro y todavía peor lo hizo el presidente de Castilla La Mancha que, en el furor de sus arremetidas contra Garzón, se le ocurre decir que la lubina que se pesca con caña es igual que la que se cría en piscifactoría y que ecológicamente no tiene impacto negativo en el equilibrio marino la pesca de arrastre, aunque destroce un poco el fondo marino y acabe con la vida de muchos pezqueñines. Lo mismo que las macrogranjas. ¡Buena forma de arreglar "la metedura de pata" de Garzón! 
    Quien hoy siga pensando en darle su voto para presidir Castilla La Mancha a don Emiliano, el congruente socialista instruido que defendía ayer con fervor las macrogranjas y hoy aprueba una moratoria para prohibirlas, tiene bien ganado su derecho a presentar su candidatura a tonto del año.

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